martes, 29 de julio de 2014

"Agronomía Espiritual" - Parábola del Sembrador; Marcos 4

CENTRO CRISTIANO PALERMO – 27-7-14

Agronomía Espiritual
Marcos 4. 1-20

·            Coche nuevo… perfecto. Pero, abrimos la cajuela… una rueda de auxilio. ¿Por qué?  La vida que Cristo ofrece es perfecta. Pero Él anticipó y preparó a sus discípulos para el fracaso.  Él conoce lo que está en el corazón del hombre. Las multitudes le seguían, pero ¿Por qué?
·            En la obra del Señor buscamos alguien a quien culpar si las cosas no van bien:
o        A nosotros mismos. “No sé hacerlo bien. No me ponen atención. No tuve tiempo de prepararme”.
o        Al programa de la iglesia.  “No hay un buen programa para los jóvenes.  No se está programando nada para evangelizar”.
o        Al pastor o líder.  “Es monótono.  Sus mensajes ‘no me llegan’. Siempre habla de mis pecados”.
o        A lo que dicen y a los demás.  “Dicen que aquel que es diácono… dicen que vieron al pastor, no sabés en qué andaba…”.
·            Tenemos el primero de casi 60 parábolas en los evangelios.  ¿Por qué predicaba en parábolas?  V.11-12. Usaba parábolas para revelar la verdad a los que estaban abiertos a lo que Dios decía, y esconderla de los que cerraban sus mentes a la verdad.
·            No es que intencionalmente los mandaba al infierno. Solo les daba lo que querían. Escuchaban la verdad y la rechazaban.  Así que con parábolas Jesús los hizo pensar sobre lo que escuchaban.
·            Esta parábola del sembrador fue dicha en público pero explicada a los discípulos en privado.
·            Al ver esta parábola, debemos recordar tres cosas al sembrar.
o        Perspectiva. No todos prestarán la misma atención a la Palabra: no quieren oír, o ahogan la verdad, o dan fruto.
o        Paciencia.  Cosecha vendrá en su tiempo, no el día de sembrar.
o        Persistencia.  Es fácil desanimarse, pero no hay que darse por vencido.

Veamos de qué se trata:

A  EL SEMBRADOR.  4.3

  1.      ¿Quién es?  Es cualquier creyente. No solo el pastor o misionero. Es el creyente que obedece el mandato de “ir”.
  2.      ¿Qué hace? Siembra la semilla.  Vamos al campo de don Manuel. No vemos a nadie. Vamos a su casa. Golpeamos, y mientras esperamos escuchamos un ruido extraño. No atiende. Abrimos y descubrimos que está sembrando en su casa. Semillas por todos lados… “aquí no me ensucio los zapatos. Es más fresquito aquí!” dice.  Problema: no hay tierra.
·            Así muchos se quejan: “no hay crecimiento”.  Pero ¿estamos sembrando? ¿dónde? ¿en la casa, en la iglesia?

B.  LA SEMILLA.  4.14 – “La Palabra”. Vamos otra vez al campo de don Manuel. Ahora sí está sembrando afuera, re-contento. Pero… ¿qué es eso rojo, amarillo, azul, que cae de sus manos?  Al acercarnos, vemos que son bolitas de vidrio. “Es que no ensucian las manos, y son de lindas”.
·            Así es que no tenemos impacto en el mundo. En vez de dar la Palabra, damos bolitas de vidrio.  Queremos estar al día con el mundo.  Queremos ser relevantes. Ej. Cuando Rusia se abrió a la democracia por primera vez, las iglesias pedían ayuda. “Pero no manden grupos de rockeros cristianos. Queremos que nos vengan a enseñar la Palabra”.

C.  EL SUELO.  El mundo – Tanto creyentes como no creyentes.  Pero hay distintos tipos de reacciones.

  1. La Mente Cerrada (4,15). Un caminito en medio del campo. El “camino” endurecido representa el corazón duro. Dicen que “el sol derrite la manteca, pero endurece la arcilla”.  La semilla cae pero no entra. Rebota.  En Mat. 13.19 se nos dice que es la persona que escucha el Evangelio, pero no lo entiende.  No ven cómo el Evangelio tiene algo que ver con sus vidas.
·            Quizás no quieren entender, o sus corazones están tan duros por el pecado que no permiten que el Evangelio penetre el suelo sus mentes.  El evangelio es algo necio.  De inmediato las “aves” de Satanás vienen como aves de rapiña y quitan lo poco que podrán haber escuchado.  Estas personas culpan a otros, a los hipócritas en la iglesia, problemas económicos. Pero se necesita un pico o mazo para romper esa dureza.  La semilla es buena, pero el suelo no estaba preparado. No puede haber fruto allí.

  1. La Mente Confusa (5-6, 16-17).  Sin profundidad, cubre una camada de piedras.  La semilla cae, entra, pero no baja.  De arriba se ve buena y productiva, pero no hay profundidad. 
·            Estos son los que son atraídos a la iglesia solo para ocasiones especiales, para “eventos”.  Se entusiasman, pero no persisten. “¡Esto es justo lo que necesito – voy a dar a Jesús una oportunidad!  Dios es un botiquín.  Se emocionan en el momento, toman decisión.  Pero se guían más por la experiencia que por la enseñanza y la verdad.  Luego cuando vuelven a sus casas, o hay aflicción, o se ofenden por algo, se secan y mueren. Repitieron una oración que el pastor dio en forma apurada, levantaron la mano, pero nunca fueron realmente salvo. No hay fruto.  El Señor cambia la vida al que salva, 2 Cor. 5.12. 

  1. La Mente Comprometida (7, 18-19). Parece buena la tierra, lista para sembrar, pero debajo están las raíces vivientes y semillas de espinas y yuyos.  La semilla cae, entra, baja, pero no sube.  No hay fruto.  Si son creyentes, tienen vidas estériles. Son “verrugas cristianas”.  Les gusta escuchar la Palabra, entienden, pero no dejan que la semilla germine.
·            Es la persona que intenta obtener los beneficios del evangelio sin dejar la vida vieja del pecado.  Las preocupaciones del mundo no deja que el poder de Dios tome lugar en su vida.  ¿Es salvo?  Probablemente no, porque Jesús cambia la vida y nos creó para que llevemos mucho fruto.  Si has tomado una decisión por Cristo pero no hay cambios en tu vida, necesitas arrepentirte y pedir que Cristo confirme tu salvación.

  1. La Mente Cultivada, (8, 20). Esta es la tierra que fue arada y preparada para recibir la semilla.  La semilla cae, entra, baja, y sube para dar fruto.  Es el corazón que Dios preparó a través de su Espíritu mediante la Palabra para que germine y dé fruto.  ¡Es el único que podríamos decir con seguridad que es salvo!
·            Cuando Cristo entra una vida por el evangelio, su presencia es algo seguro, y causará que el creyente comience a traer fruto para la gloria de Dios.
·            La cantidad de fruto variará con cada uno.  Pero siempre es la gracia de Dios obrando en tu vida.  ¿Qué clase de fruto produce la tierra cultivada?

o        Buenas obras – Col. 1.10
o        Santidad y justicia – Romanos 6.22, Fil. 1.11
o        Espiritualidad genuina – Gál. 5.22-23
o        Un deseo de llevar a otros a Cristo – Rom.1.13
o        Alabanza y adoración – Heb. 13.15
o        Compartir lo que uno tiene – Gál. 6.7-11

Conclusión. Hay dos constantes que uno puede controlar: el que siembra y la semilla.  Y una variante que no puedo controlar: el corazón o la mente del que recibe el evangelio.

·            Jesús dijo en v. 9, “El que tenga oídos para oír, que oiga”.  Es un desafío y una advertencia.  ¿Cómo está tu mente o corazón hoy?  ¿Está tu mente cerrada, o confundida, o comprometida con otras cosas, o cultivada y buscando a Dios?  Quizás debes examinar tu decisión de seguir a Cristo si nunca lo has hecho.  Y si eres un seguidor de Cristo, ¿hay fruto en tu vida?

miércoles, 9 de julio de 2014

CÓMO VIVIR EN LOS ÚLTIMOS DÍAS, 2 Tes. 3

CCP – 6-7-14

Cómo Vivir en los Últimos Días
  2 Tesalonicenses 3

§            La Segunda Venida de Cristo es más que una doctrina para examinar y estudiar; es una verdad en la cual afirmar nuestras vidas y para hacernos mejores cristianos. No es suficiente saber respecto a su venida, o creerla; debemos practicarla en la vida diaria.
§            Desafortunadamente algunos de los creyentes de Tesalónica abusaban de la doctrina de la venida de Cristo. En este capítulo final Pablo les exhorta a que cambien sus caminos. Hay tres responsabi-lidades prácticas aquí para hacer en vista de su 2ª Venida.
I.   Orar y ser pacientes (3.1–5)
  1. Pedido de oración. 1-2
§            Pablo repite la petición de 5.25.  “Hermanos, orad por nosotros”.
§            ¡Qué tremendo poder tiene el creyente en la oración! Aunque Satanás está trabajando en el mundo, todavía podemos orar a Dios y ver que Él responde. La petición de Pablo es para que oren por su ministerio de la Palabra.
§            “Hermanos”.  Cada uno de la iglesia tiene la responsabilidad de orar por sus líderes.
o         "Usted no sabe cuán ayudados son los siervos de Dios por la oración de su gente. (Spurgeon)
§            La única manera de contrarrestar las mentiras de Satanás es mediante la proclamación de la Palabra de Dios. La Palabra es viva y Pablo desea verla que «corra» (v. 1) por todo el mundo. Donde la Palabra de Dios se ignore, Pablo anhela fervientemente verla glorificada. “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11). La Palabra en efecto tenía curso libre entre los creyentes de Tesalónica y estaba siendo glorificada porque la recibieron y la creyeron (1 Ts 2.13; 2 Ts 2.13).
§            También pide para que los siervos de Dios puedan ser librados de los hombres perversos. Siempre que llevemos el evangelio Satanás levantará hombres irracionales (perversos) y malvados que se nos opondrán. Estos incrédulos se oponen a la Palabra misma e incluso a los que la esparcen.
  1. La fidelidad de Dios.  3-5
§            No podemos confiar en los hombres, pero podemos confiar en nuestro fiel Dios. «Él es fiel» (véase v. 3) es la frase favorita del cristiano perseverante.  La oposición va a fallar porque Dios está a nuestro lado.  Él “nos guardará del mal” o “maligno”.
§            v. 5 – una de las oraciones más tiernas de Pablo en el N.T.  Los creyentes tienen que ser pacientes al orar y esparcir la Palabra.  Dios puede darnos esta paciencia conforme crecemos en nuestro amor por Cristo. Él es el mejor ejemplo de paciencia.
§             El mayordomo que se impacienta mientras espera por su Señor tiene problemas con su corazón y obediencia (Mt 24.42–51). Pablo nos dice que amemos su aparición (2 Ti 4.8). Donde hay amor, habrá paciencia y esperanza.
II. Trabajen si quieren comer (3.6–13)
  1. Deben apartarse de los ociosos. 6  (cp. 1 Tes. 5.14)
§            Algunos de los creyentes habían aplicado erróneamente la enseñanza concerniente al regreso de Cristo. «Si el Señor va a regresar pronto», razonaban, «¡debemos dejar nuestros trabajos y esperar su regreso!»
§            A través de los siglos grupos marginales han cometido la misma equivocación. Han dejado el mundo, se han ido a una montaña y esperado que el Señor regrese, tan solo para volver avergonzados a sus hogares. ¡Qué necia puede ser la gente cuando resisten la clara enseñanza de la Palabra de Dios!
§            Pablo amonesta a los verdaderos creyentes a que se alejen de estos cristianos holgazanes que desobedecían la Palabra, para que los ofensores se avergonzaran y corrigieran sus caminos equivocados (vv. 6, 14).
  1. Deben imitar a Pablo.  7-9
§            Los fieles debían tratar a los ofensores como hermanos, no como enemigos; pero no tenían por qué soportar su pecado.
Pablo señaló su enseñanza y ejemplo. Mientras estuvo con ellos,
trabajó con sus manos para sostenerse él y sus colaboradores
(véanse 1 Ts 2.9–12; Hch 20.33–35).
  1. O trabaja o no come.  10

§            Muchas veces les había enseñado que trabajaran fielmente como cristianos y suplieran para sus propias necesidades. «Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» era el principio que seguía Pablo. Por supuesto, la iglesia cuidaba de quienes tenían realmente necesidades y no podían trabajar (véanse Hch 6; 1 Ti 5); pero la iglesia no está obligada a ayudar a los que pueden trabajar pero no quieren hacerlo.
  1. Exhortar a los ociosos.  11-13

§            Los que rehúsan trabajar se vuelven entremetidos; les sobra el tiempo e interfieren en los asuntos de otro. Esto crea un mal testimonio ante el inconverso (1 Tes, 5.14 debemos separarnos de los ociosos).  La verdad de la Segunda Venida de Cristo debe impulsarnos a trabajar más duro y a ser fieles para obedecer su Palabra.

§            Cuando los cristianos fieles ven a los cristianos infieles vivir como lo hacen, con frecuencia se desaniman. «¿De qué sirve?», dicen. Pablo les anima: «No os canséis de hacer el bien» (v. 13). Ojalá seamos hallados fieles cuando Jesús venga y estemos delante de Él.
III. Oír la Palabra y hacerla (3.14–15)


La Palabra de Dios es para oír y obedecer. Los que se negaban a obedecer lo que Pablo decía, debían señalarlos y aplicárseles las medidas del caso. Esta acción no es disciplina oficial de la iglesia, §            según se analiza en 1 Corintios 5, sino acción correctiva personal aplicada por miembros de la misma de manera individual.

§             No debemos alentar la holgazanería. Si cada cristiano obedeciera la Palabra de Dios, la iglesia sería más santa, más feliz y más eficaz en el testimonio y en el servicio.

§            Uno de los puntos fuertes de la iglesia de Tesalónica era su actitud hacia la Palabra de Dios. Oyeron y recibieron la Palabra, la creyeron (1 Ts 1.5, 6; 2.13) y la enseñaron a otros. Pero evidentemente algunos de los creyentes se estaban endureciendo a la Palabra: la oían pero no la obedecían. La evidencia de su incredulidad y desobediencia se veía en cómo vivían y sus vidas eran una desgracia para la iglesia. Debemos ser oidores y hacedores de la Palabra (Stg 1.22–27).

Saludos Finales
  1. Bendición.  16

§            La bendición de Pablo se refiere a la paz y la gracia. ¡Cuánto necesitan paz estos creyentes! Atravesaban gran tribulación; algunos habían muerto; algunos vivían desordenadamente. Podemos tener paz en nuestros corazones si nos sometemos a Cristo, creemos en sus promesas y esperamos su regreso. ¡Nada estimulará más al creyente que está atravesando pruebas como la esperanza del regreso de Cristo!

§            Esta paz viene de su presencia: «El Señor sea con todos vosotros». Este es el Dios de paz dándonos la paz de Dios (Flp 4.4–9).
  1. La firma de Pablo. 17
§            Pablo añadió su saludo personal y bendición de gracia, lo cual era la manera en que concluía sus cartas, garantizando así su genuinidad. Satanás tiene sus falsificaciones y embustes, de modo que Pablo tiene el cuidado de asegurarles que su carta era auténtica y autorizada.

    3.  Saludo final
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