Juan 1.14 dice:   Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidadY hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre. (NTV)
Cada Navidad, celebramos el hecho de que Jesús vino a vivir entre nosotros. Si fue en diciembre o no, no viene al caso.  Y se vistió de lo más caro de las vestimentas:  un cuerpo humano.  Se hizo amigo del pecador y hermano del pobre.  Tocó sus heridas y sintió sus lágrimas y pagó por sus errores y pecados.  Y para todos nosotros que estamos un tanto asustados, compartió el mismo mensaje:  No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.   En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente.  Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?  Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy. (Juan 14.1,3)
¿Y cómo respondemos?  Algunos pretenden que El no existe.  Otros lo oyen, pero no creen en El.  Pero algunos pocos decidimos confiar en El.  Y cuando Cristo te llame por tu nombre, debes estar listo.  Mira para arriba.  El extiende su brazo y promete estar contigo, y algún día vendrá a buscarte y llevarte a su casa... ¡cuando Cristo vuelva!  ¿Estás listo?
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Hablando de estar un tanto asustado, esta mañana al salir a tomar desayuno con algunos amigos, vi el primer ciervo en el fondo de la casa donde estamos quedando.  No sé si se asustó al ver mi cara, pero salió corriendo.  Como alguien me dijo, "Tengo un fantasma en mi casa.  Cada vez que me voy a mirar en el espejo, aparece este viejo que se interpone y me está mirando del otro lado".
Estamos orando cada día por todos ustedes, y especialmente estamos orando por los mensajes de los domingos. Creo que le toca a Laurent traer un mensaje de Navidad este domingo.  ¡Acompáñenlo!
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Una Propina Grande
Un hombre entró corriendo a un bar y pidió un martini doble.  Lo bajó con un solo trago, puso un billete de 50 pesos sobre la mesa, y se levantó y salió corriendo del bar.
El mozo levantó los $50, lo dobló con cuidado, y lo metió en el bolsillo de su camisa.
Justo en ese momento, levantó la vista y ahí estaba su patrón parado en la puerta y observándolo. 
Pensando rápidamente, el mozo le dijo, "Hola patrón, ¿vio a ese tipo recién?  Entró, pidió un martini doble, me dio una propina de 50 pesos, y salió corriendo sin pagar!".
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Que todos tengamos una Navidad centrada en Cristo y su persona, no en el arbolito, regalos, papá Noel, etc.  ¡Qué Dios les bendiga!  Un abrazo,
Roberto (y Fritzie)