miércoles, 27 de enero de 2016

¿QUÉ DE LOS DIEZMOS Y OFRENDAS?

CCP—2 -1-16
En Cuanto a las Ofrendas
1 Corintios 16.1-16
·         Un cambio abrupto entre el 15 y 16, pero lo que está diciendo, “Si Cristo dio su todo por nosotros para nuestra salvación, ¿cómo podemos agradecerle?”

·         La Biblia nombra la palabra “ofrenda” 323 veces, la palabra “diezmo” solo 14 veces.  Para Israel era algo muy importante en sus vidas. 

·         IL – alguien te invita a la fiesta de su cumpleaños.  Después que te da la dirección, te dice, “Estamos en el piso 7 D.  Tomas el ascensor y con el codo presionas el número 7 y listo. No puedes perderte”.  “¿Con el codo? ¿Por qué?”  “Bueno, no vas a venir con las manos vacías”…

·         A la iglesia debemos venir con nuestras Biblias.  Pero también debemos estar preparados para ofrendar.  ¿Por qué lo hacemos?  No para quedar bien con los que están al lado (“¿qué van a pensar si no doy”?).  Pero es una parte de nuestra adoración a Dios.  Vamos a mirar el tema a través de varias preguntas y respuestas bíblicas.

1.    ¿Cuándo debo de ofrendar?.  16.2 – El primer día de la semana…

2.    ¿Por qué el primer día de la semana? 

·         Porque Cristo resucitó el primer día.  Lucas 24.1-6
·         La Iglesia comenzó el día domingo.  Fue 50 días después que Cristo resucitó, que sería un domingo. De ahí la importancia de reunirnos los domingos.
·         Es el día que apartamos para alabar a Dios como pueblo. Hech. 20.7

3.    ¿Hay ventajas en ofrendar cada domingo?

·         Al que recibe su salario cada semana, le es más fácil apartar su ofrenda cada domingo

·         Ofrendar sistemáticamente ayuda a crecer en responsabilidad.

4.    ¿Quiénes deben ofrendar?  “Cada uno de vosotros”. O sea, todo creyente.
Ej. Ricos y la viuda pobre en Lucas 21.1-4
Ej. Iglesia en Macedonia en 2 Cor. 8.1-2
      Aun debemos enseñar a los niños a ofrendar.

5.    ¿Cómo debemos ofrendar?

·         Con sinceridad. Hechos 5.1-4 – Ananías y Safira.

·         Debo prepararla de antemano.  2 Corintios 9.7 – “como propuso en su corazón”.  No de mala gana ni por obligación.

·         Debo dar con alegría.

6.    ¿Cuánto debo de ofrendar?

·         Conforme a mis ingresos, 1 Cor. 16.2 – “Según haya prosperado”.  No hay pasaje en la Biblia que indique una suma de dinero, o que debemos dar mucho para que Dios nos prospere, ni vaciar nuestras billeteras para llenar la del pastor.

·         Pero en 2 Corintios 9.6 también dice que el que siembra escasamente cosechará escaso.  No debemos hacerlo como negociantes con Dios, pero sí con alegría y agradecimiento por lo que Él hizo por nosotros.

7.    ¿Para qué debo ofrendar?

·         Para cubrir gastos de la iglesia, necesidades especiales (equipo de audio, proyección, instrumentos).  Pablo juntaba para ayudar los hermanos en Jerusalén.

·         Para cubrir gastos de ministerio como pastores invitados.  Pronto tendrán un pastor que no recibirá fondos de afuera.  La iglesia debe decidir sustentarlo en la mejor manera posible.  También para ayudar obras de afuera como Fiambalá.

8.    ¿Qué del Diezmo?

·         Hay iglesias y pastores que manipulan a los creyentes diciéndoles que en el nombre del Señor, deben ofrendar el diezmo, o sino el Señor retirará sus bendiciones si no lo hacen.

9.    ¿De dónde viene el Diezmo?

·         Solo hay dos casos de diezmos antes de que Dios estableciera la Ley: Abraham en Gén. 14.17-20; y Jacob en Gén. 28.18-22.  Pero no lo vemos establecido como ley.  Algunos dicen que ya que fue practicado antes de la Ley, nos corresponde hacer lo mismo.  Pero no se puede establecer una regla a base de dos hechos aislados que no estaban relacionados con la Ley.

·         No hay ninguna indicación en la Biblia que la Iglesia debe dar diezmos.

10.    ¿Qué se debe diezmar?

·         El diezmo es el 10% de los ingresos monetarios.  En la Biblia también incluye el diezmo de la tierra (Lev. 27.30), los animales (27.32), y del grano (Dt. 14.22 y 23). “Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí”.

·         También se incluían ofrendas voluntarias aparte del diezmo, pero ¿a quién fue dada la ley?.

·         Muchos de los mandamientos tienen una enseñanza moral y son para siempre.  Otros eran ceremoniales y también tienen un sentido espiritual de enseñanza para la iglesia.  Y el diezmo deja una enseñanza implícita para la iglesia.

·         Pero la ley del diezmo no es para la iglesia.  Estamos bajo la pacto de la gracia por la sangre de Jesucristo.  Pero si alguien quiere cumplir la ley del Diezmo por temor a que Dios lo castigará si no lo hace, o porque quiere de alguna manera agradar a Dios, ¡es maldito!  “Porque todos los que dependen de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está:  Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gál. 3.10).  Y si lo hace porque quiere cumplir una ley, debería cumplir TODAS las leyes dadas a Israel, lo cual nadie hace.
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Habiendo dicho esto, creo que el diezmo es un excelente guía para que el creyente use como patrón en su ofrendar.  Después de todo, TODO lo que tenemos lo hemos recibido del Señor.  Si ofrendamos el diezmo o más o menos, lo importante es que lo hagamos por amor al Señor y con gozo en el corazón. 

·         Pero lo que Dios más quiere de ti, es tu corazón, tu vida.  Él te ofrece la vida eterna en cambio de que tú pongas tu fe en Jesucristo como Salvador. ¿Lo has hecho ya?



jueves, 21 de enero de 2016

LOS MUERTOS VIVOS - 1 Cor. 15.35-58

CCP-17-1-16
Los Muertos Vivos
1 Corintios 15.35-58
  • ·        Repaso – el Evangelio (3-4) – ¡y el Cristo Resucitado!  (“Porque Él vive…”)
  • ·        Porque Él vive…gozamos de una vida abundante y tenemos la esperanza segura de ver a nuestros seres queridos otra vez.  Porque Jesús vive, gozaremos la victoria sobre la muerte y el cementerio. 
  • ·        Pero todo eso es en el futuro.  Lo que necesitamos es esperanza para hoy y Pablo nos da esas palabras hoy.  Nos dice que el Cristianismo es más que el querer morir para estar en un lugar mejor.  Podemos recibir aliento y consuelo ahora. 


A.    PARA RESUCITAR HAY QUE MORIR.  35-37
  • ·        Explicación del v.29.  Seguramente se refiere a creyentes nuevos que desean bautizarse para “tomar la posta” de algún creyente que había fallecido.
  • ·        “¿Cómo resucitan los muertos?...” v. 35.  ¿Qué pasa cuando el cuerpo es puesto en la tumba?  Se vuelve a ser tierra.  Reorganizar ese cuerpo cuerpo parecería imposible a nuestras mentes.  Pero la fe no pone la razón a un lado.  Lo suplementa.  Solo la Palabra de Dios nos da la respuesta.
  • ·        Pablo responde las preguntas con un ejemplo del campo.  Un grano de trigo no va a germinar al menos que muera y se pudra primero.  Marcos 4.26-28
  • ·        Ya que hay un orden en la naturaleza, podemos esperar un orden en la resurrección del cuerpo.


B.    TENDREMOS INDIVIDUALIDAD Y MEJORAS.  38-44
  • ·        Aunque todas las semillas se parecen, cada uno es distinta a la otra.  Cada creyente mantendrá su individualidad e identidad.  Pero nuestro cuerpo de resurrección será muy distinto al actual.  Pablo lo hace claro con cuatro paralelos.
a.      Se siembra en corrupción, resucita en incorrupción.  El cuerpo se va corrompiendo, no importa lo que digan los sanadores.  Nos enfermamos y morimos, no importa cuánta fe tengamos.  Los procesos que nos van deteriorando están activos.  Nacemos para morir.  Pero solo un cuerpo no vio corrupción:  El del Señor Jesús – Salmo 16.10.

b.     Se siembra en deshonra, resucita en gloria.  ¡Cuánto dolor hay por lo general antes del momento de la muerte.  ¡Cuánta deshonra!  Pero los creyentes En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.

c.      Se siembra en debilidad, resucitará en poder.  Nunca tendremos que restaurar nuestros cuerpos. Nunca se cansará ni necesitaremos dormir. No habrá debilidad que impida nuestra actividad.  ¡Tendremos un cuerpo y poder similar al cuerpo resucitado de nuestro Señor!

d.     Se siembra natural, resucitará espiritual.  ¿Seremos fantasmas? ¡No! Seremos visibles y tangibles, pero no sujetos a las leyes naturales como ahora.  Estaremos sujetos a leyes más bien espirituales.

·        Cristo, cuando resucitó, si quiso comer, comió, aunque no lo necesitaba. Pasaba por puertas cerradas.  Desaparecía.  Pero dijo, “un espíritu no tiene carne y huesos, como ustedes ven que tengo” (Lucas 24.39).  ¿Qué nos esperará ese futuro?

C.    TENDREMOS IMAGEN E INMORTALIDAD, 40-50.

·        Todos descendemos de Adán, quien recibió vida y fue progenitor de la raza humana.  Y guardamos la imagen de nuestros progenitores.  Pero el último Adán, Cristo, es el que da vida.  En vez de recibir vida, Él da.  1 Juan 3.2.  Entonces tendremos SU imagen.  No que todos seremos iguales, como ahora, sino que llevaremos la imagen de Cristo pues seremos como Él es.

D.    SE NOS REVELA UN MISTERIO, 51-57.

  • ·        Al corregir la iglesia en Corinto en cuanto a la resurrección de Cristo, ahora el apóstol revela un “misterio”.  Previamente una verdad escondida, ahora revela por el Espíritu Santo que no todo Cristiano dormirá o morirá (“dormir” se refiere al cuerpo, no al alma). 
  • ·        Será en “un momento, en un abrir y cerrar de ojo”.  La palabra “momento” viene de la misma palabra que nos da “átomo”.  Algo indivisible.  Un nanosegundo.  En un “abrir y cerrar de ojo” o un pestañeo, Cristo vendrá sin anunciarse.  Un momento los creyentes están, próximo momento ya no están, ya estén vivos o muertos.  Por eso Jesús dijo “Estén listos, pues en la hora que no piensan, vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24.44).
  • ·        Nosotros seremos transformados” – ¿Quiénes? – los “hermanos” del v.50.
  • ·        ¿Qué pasa con los que se quedan atrás?  Será un momento de tristeza para muchos.  Familiares serán arrancados de los que no pusieron su fe solo en Cristo.  Y comenzará un tiempo de verdadero infierno aquí en la tierra, y probablemente irán al infierno para la eternidad.  Y lo peor de todo… no tenía que ser así.  Los que aún están sin Cristo, pueden ser salvos e ir al cielo si reciben a Cristo.
  • ·        Seremos “transformados” o sea, cambiar por algo que no era, hacer que algo deje de existir y que otra cosa tome su lugar.  Primero nuestra vida cambió.  Algún día nuestro cuerpo cambiará.  Un momento estaremos en estos cuerpos pecaminosos y decadentes, y en otro seremos como Jesús!  Nos vamos a “vestir” de incorrupción (53).
  • ·        La trompeta anunciará el fin de la edad de la iglesia.  Es el toque de triunfo y de victoria sobre la muerte, sepulcro, pecado, y la ley para el creyente.  Cuatro cosas desagradables y horribles. 
  • ·        La misma verdad se revela en 1 Tes. 4.16-18.  Si como creyentes morimos y resucitamos, o si somos arrebatados para encontrarnos con Jesucristo, todos cambiaremos (v. 52-53).  Luego cada creyente puede gritar, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?!”


E.     EXHORTACIÓN, 58

  • ·        Muchas veces las grandes enseñanzas o doctrinas bíblicas son seguidas por un “Así que” o “Por lo tanto”.  Se nos desafía a que seamos o hagamos debido a lo que ha sido hecho por nosotros.
  • ·        Se nos desafía a que seamos:

o   Firmes.  Debemos tomar la decisión de afirmar nuestra posición con el Señor. 
o   Constantes.  La idea de ser inamovibles o “peso muerto”. Que sea difícil que algo nos cause a cambiar de posición.
o   Creciendo en la obra.  No nos estanquemos.  Sigamos adelante. Algunos de ustedes volverán a sus pueblos y ciudades.  Pero no vuelvan a la vida de antes.  Tienen que involucrarse en una buena iglesia y crecer con los hermanos allí.
o   Tenemos la seguridad que lo que hagamos para el Señor no será en vano, si lo hacemos para Él.
  • ·          ¿Qué menos se puede esperar de pecadores que han sido comprados por la sangre de Cristo y son ahora salvos?
  • ·        Después de reprocharles pero con mucho amor, el Apóstol se goza en el triunfo final de los hijos de Dios.  Desde el comienzo hasta el final, la salvación demanda el grito triunfal “…gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (57).

Sí, la iglesia en Corinto fue corregida.  Pero corregida, ¡la iglesia siguió en píe!  Y algún día, el Señor Jesús la “presentará a si mismo una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Ef.5.27).


Que esa expectativa de estar sin mancha al presentarnos ante Él, produzca santidad de vida y doctrina ahora, y la segura esperanza de gloria de la eternidad con Cristo.