CCP – 21-9-14
Jesús y los Dos Juanes
Juan 3.16-36
A. JESÚS Y JUAN EL APÓSTOL, 3.16-21
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No está claro quién dice estas palabras. Pueden ser
de Jesús hablando con Nicodemo; o del Apóstol Juan… lo más probable.
1. El amor
incomparable, 16-17
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El amor de Dios vs. el amor humano.
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El amor de Dios se demuestra en estos vs. Pero la
gran mayoría no goza de este amor… peleas, divorcio, guerras, violencia,
etc. Porque el amor de Dios no existe en
el corazón del hombre. Dios quiere
llegar a toda persona con su amor.
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Pero con el amor de Dios está la justicia y el
juicio de Dios. Dios es amor pero también es justo. Si no fuera así, no
sería Dios. No tendría razón de ser.
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Hay dos caminos delante de cada persona. Pero pide que escojamos la vida. No quiere que nadie perezca. Solo la fe en Jesús es el único camino.
2. El juicio
inevitable, 18-21
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Vemos que el juicio ya existe y se está llevando a
cabo cada día aquí en la tierra. Pero
hay un juicio que vendrá y no se podrá evitar.
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Algunos se preguntarán por qué tiene que haber un
juicio, por qué Dios tiene que condenar a los incrédulos, por qué tiene que
haber castigo y separación eterna en el infierno.
a. Hay una resistencia a creer (18)
- El juicio es necesario porque hay millones de personas que no
quieren creer en Dios y menos a Dios.
Dios ofrece su amor y gracia, pero el hombre rechaza a Dios y niega
que pueda ayudarlo.
- Pero el hombre es culpable ante Dios pues ha quebrantado su ley. El
hecho de no creer en Jesús es mucho más grave de lo que imaginamos. No aceptar la Biblia como Palabra de Dios
e rechazar el testimonio de nuestro Creador sobre Cristo.
- Dios no juzga al incrédulo.
Ya está juzgado porque no cree. Ya está condenado. “Es juzgado y sigue bajo juicio”.
- Dios creó al hombre en su imagen y semejanza, lo que implica que
tiene libre albedrío para escoger entre el bien y el mal.
b. Hay un amor
por las tinieblas (19)
- El justo juicio de Dios viene porque el hombre decidió amar más las
tinieblas que la luz; más al pecado que al Señor Jesús, quien es la Luz
del mundo.
c. Hay un odio a
la luz (20)
- Somos condenados por aborrecer la Luz. El que hace lo malo es el que la
aborrece. El que vive en pecado
aborrece a Dios, y aborrecer a Jesucristo es aborrecer a Dios.
d. Hay un juicio
que absuelve (18a,21)
- Solo hay una manera de librarnos del juicio que merecemos. Es creer en Jesucristo (18a) y practicar la verdad (21) como resultado de haber recibido a Cristo al venir a la Luz.
B. JESÚS Y JUAN EL BAUTISTA, 3.22-31
1. Jesús y Juan
Bautizan, 22-24
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Primero, vemos que Jesús con sus discípulos
bautizaban. Pero no era Él que bautizaba sino sus discípulos (4.2).
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¿A quiénes bautizaban? A los que le seguían porque el bautismo en
agua es parte integral de la obediencia a Dios, a la vez un testimonio a los
que nos rodean.
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Al mismo tiempo Juan bautizaba del otro lado del
río, y se ve que bautizaba a muchos. Así
que entró un espíritu de disensión y competencia.
2. Los discípulos de
Juan cuestionan, 25-26
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Intentan crear una división entre el Bautista y
Jesús, tentando el orgullo de Juan…”Tú
diste testimonio de aquel y ahora Él está bautizando más gente que tú”. ¡Cuántas divisiones se han creado por celos y
orgullo! El Señor aborrece todo lo que
sea causa de división—salvo aquel que es porque una iglesia o denominación se
ha apartado de la sana doctrina.
3. Juan reconoce la
grandeza de Jesús, 27-30
- Cristo es de
Dios, 27
- Notamos la actitud humilde de Juan con palabras que usó para cerrar la boca de sus seguidores. En efecto, Juan decía: “Jesús viene de Dios, así que no traten de tocar mi orgullo. Lo que Él hace es de Dios”:
- Juan no es el
Cristo, 28
- Les recuerda que ya había dicho que no era él la luz o el Cristo, sino que solo anunciaba al Mesías (Lc. 3.15-18)
- Hay una ilustración
del esposo y esposa, 29
- Cristo es el esposo
- Todos los que creen en Cristo y han experimentado la nueva vida son
la esposa
- Los que confiaron en el Señor bajo la ley de Moisés (como Juan), y los que creen después que la iglesia es arrebatada, estos son amigos del esposo. Ellos también entrarán en el reino de los cielos y gozarán de la eternidad, pero su relación personal con Cristo es distinta a la nuestra. Como amigo del esposo, Juan se goza en todo lo que hace y dice.
- Juan, el
siervo de Cristo, 30
- El Bautista era consciente del nacimiento sobrenatural de Jesús.
Sabía que su misión era ser precursor del Mesías. Por lo tanto, en evaluar su tarea, él
debía menguar.
- Juan no deseaba quitarle a Jesús la gloria que le correspondía como
Hijo de Dios. Dijo que era
“necesario”.
- C. JESÚS EL ENVIADO DE ARRIBA, 3.32-36No está claro si es Jesús quien habla, Juan el Bautista que sigue su charla; o Juan el apóstol quien da su reflexión.1. Su origen divino, 31· Muchas veces vemos declaraciones en San Juan del origen divino de Jesucristo; ya que el propósito principal del escritor era dejar en claro el aspecto divino de Jesús.2. Su testimonio divino, 32-34· El Espíritu que ahora viene a morar en nosotros, los que hemos creído en Jesucristo, no se da según la persona o por medida. Dios nos da todo el Espíritu. El problema es que nosotros no le damos el todo que somos nosotros.3. Su autoridad divina, 35-36· Recordando la voz de Dios en el bautismo, Juan enfatiza el amor de Dios al Hijo.· No dice que el que cree en el Hijo “tendrá” la vida. El que cree tiene vida eterna ahora mismo. Y esa vida no tiene fin, es para siempre.· La clave está en confiar en el Hijo de Dios, a quien el Padre le ha dado toda autoridad.· El juicio de Dios caerá sobre el que se niega a creer, y ese juicio no será para decidir si esa persona es salva o no. El que no quiere creer ya ha sido condenado y nunca verá la vida.
- El que no cree sufrirá dos consecuencias: Se priva de la vida abundante y eterna, y tendrá una existencia miserable bajo la ira de Dios.
- Lema para esta semana: "Es necesario que Él crezca y que yo decrezca" (palabras de Juan el Bautista - S.Juan 3.20