martes, 10 de noviembre de 2015

LA MUJER EN LA IGLESIA, 1 Cor. 11.2-16


Nota: Debo aclarar que nada de lo que publico aquí es totalmente "original".   Doy gracias a Dios por los que han hecho su trabajo de indagar antes que yo y que ahora pueda usarlos como base a estos mensajes.  Pastor Roberto Strong.

CCP  8-11-15

La Mujer en la Iglesia

1 Corintios 11.2-16



  • A través de los años la mujer se ha ido liberando de restricciones bíblicas. Bajo “derechos humanos igualitarios”, denominaciones como la Anglicana de Inglaterra y otras, han nombrado mujeres como obispos.  Seguro que nunca usarán 1 Corintios 11 como base.
  • En respuesta a preguntas y temas presentados por los corintios a Pablo, él los elogia después de ponerse como ejemplo (1,2).  En muchas cosas eran obedientes a la Palabra.
  • La iglesia en Corinto estaba compuesta de hombres y mujeres nuevos en el Señor, y 2 Corintios 5.17 era una realidad.  Tenían una nueva libertad.  Seguro que entendieron que en Cristo no hay Judío ni griego, no hay esclavos ni libres, no hay hombres ni mujeres, pues somos todos uno en Cristo (Gál. 3.28).  ¡Y seguro que esto era un gran aliciente para las mujeres!  Ante Cristo el hombre no era más ni menos.  Por lo tanto algunas mujeres se preguntarían por qué no podían tener puestos con la misma autoridad de los hombres en la iglesia.

      A.  EL FUNDAMENTO DOCTRINAL

Aparentemente algunos se habían olvidado de sus enseñanzas, formando divisiones y partidismos en la iglesia (v 18), así que Pablo los lleva al punto de partida.

  1. La Jerarquía de Dios, v.3 – Desde el comienzo, Dios el Padre es la base, luego Dios el Hijo, el hombre, y luego la mujer.  No establece superioridad ni inferioridad, pero mantiene el orden en la familia.
  2. El Liderazgo del Hombre, v.4 – Cubrirse la cabeza era señal de sumisión, y era una desgracia para la cabeza del hogar usar lo que era la marca de la sumisión.  En esa sociedad, cubrirse la cabeza era absurdo.
  3. La Actitud de la Mujer, v.5-6 – Para la mujer era correcto cubrirse la cabeza, para recordarles que los hombres estaban en autoridad, y animarlas a tener esa actitud de sumisión. 

  • Las que se negaban a cubrirse más vale se afeiten la cabeza para así declarar la independencia de la autoridad del hombre.  A esas Pablo alienta a que se afeiten para demostrar físicamente su actitud de corazón.
  • En el Medio Oriente, la mujer se cubría o se velaba a si misma – y aun lo hace hoy.  El velo expresaba fidelidad a su esposo.  Aparecer en Corinto sin un velo, señalaba que era una prostituta, las que aparecían sin velo, y a veces se afeitaban la cabeza.  Eso deshonraría a su esposo.
  • Cuando la esposa no demuestra esa sumisión y rechaza con rebeldía la orden divina, deshonra a Dios y a su esposo.  El hogar y la iglesia sufre.
  • La mujer que “ora o profetiza” demuestra que las mujeres tienen los mismos dones espirituales y privilegios que los hombres.  Pero las Escrituras también demuestran que la mujer no puede tomar una posición de autoridad en una iglesia, ni predicar con la autoridad que Dios le ha dado al pastor o anciano de la iglesia.  No quita su derecho de enseñar niños o mujeres, o compartir algún ministerio que Dios le ha dado – siempre bajo la autoridad del pastor o anciano – pero no debe impartir doctrinas que demandan cambios de vidas a los hombres en la iglesia.  ¡Es porque Dios lo dispuso así!
  • Muchas mujeres superan a los hombre en los dones como hospitalidad, misericordia, enseñanza, evangelismo, y ayudas.  La iglesia depende de las mujeres.  No tienen restricción de orar o profetizar, pero sí se les restringe el tener autoridad espiritual y de enseñanza sobre los hombres.  Las mujeres deben demostrar el fruto del Espíritu y ministrar a otros.

        B.  LAS REALIDADES BÍBLICAS
Pablo comienza sus argumentos con generalidades y luego sigue con lo específico. 

1.  El Orden de la Creación, v.7-9 – Les recuerda el intento original de Dios en crear al hombre y mujer.  El hombre no debe cubrirse la cabeza, pero la mujer es la gloria del hombre – Génesis 2.18.  “ayuda” es la primera descripción de la mujer en la Biblia.  No es una “felpudo” ni “trapo”.  Idónea” es “adecuada” (NVI), ideal, la que completa lo que al hombre le falta.  Dios hizo la mujer para el hombre, no al revés.  Ella fue creada para asistir y completarlo – para ser su gloria.
  • En ningún momento se sugiere que la mujer es inferior, pero como Cristo es sujeto a Dios (se hizo hombre, se hizo siervo, por su voluntad se humilló a si mismo)—no inferior; la mujer es sujeta al hombre en el ambiente de la iglesia y de la familia.  Pablo no está hablando de la sociedad o gobierno.  Esta enseñanza no se aplica a escuelas, empresas, gobiernos, etc., donde suelen haber mujeres con más autoridad que hombres.
2.  El Área de los Ángeles, v.10 – Los ángeles que nos observan dan ejemplo en que se cubrían ante la presencia de Jehová demostrando su sumisión. El punto es que “la cabeza de la mujer es el hombre” es un orden divino.
  • ¿Debe la mujer cubrirse hoy?  El “velo” que se usan en algunas iglesias poco tiene que ver con lo que usaban en el 1er siglo.  El velo en nuestra sociedad no simboliza sumisión, más bien puede traer confusión con el catolicismo o el islamismo.  Pero si en una iglesia se enseña el uso del velo o mantilla, está bien, mientras se sepa el porqué, y no como algo "porque siempre fue así".  En 1 Tim. 2.9-10 Pablo habla como debe vestirse la mujer.  Para Dios el corazón es mucho más importante que la apariencia.  En nuestra sociedad, el velo no representa o significa sumisión.  En Corinto del primer siglo, y hoy en algunas sociedades islámicas, la mujer ni saldría a la calle sin cubrirse la cabeza.

     C.  EL EQUILIBRIO NECESARIO
Si bien Pablo ha hablado sobre la necesidad de la mujer en aceptar el estar bajo la autoridad del hombre, ahora da vuelta la moneda y nos muestra el por qué de esta enseñanza.

  1. La Evidencia del Nacimiento, v.11-12 – Ante Dios, la mujer y el hombre son dependientes el uno del otro. Ambos tienen un valor igual ante Dios—con roles distintos, pero iguales.
  2. La Evidencia de la Naturaleza, v.13-15 – La misma naturaleza nos da un sentido interior de nuestra sexualidad.  El oscurecer las diferencias entre los sexos debe ofendernos.  Solo que hoy se ha hecho lo posible en minimizar esas diferencias y esa naturaleza interior se ha endurecido, como el espíritu mismo del hombre y la mujer. 

  •  La hormona testosterona causa que el hombre pierda más rápido el cabello, lo que es natural. En cambio el estrógeno hace que el cabello de las mujeres crezca y dure más que los hombres.  Es raro ver una mujer calva.  Dios les ha dado ese hermoso atavío físico para que demuestren su femineidad y belleza.  Y para muchos, la expresión "en lugar de velo le es dado el cabello" significa que el velo en si mismo no tiene tanta importancia si se usa o no.  Dios mira nuestro corazón y nuestras actitudes cuando nos reunimos, y no el cómo estamos vestidos.

        D. CONSEJOS PRÁCTICOS  
v. 16 – Siendo un tema algo delicado, Pablo sabía que podría producirse disensión en las iglesias, pero al mismo tiempo da a entender que su posición no va a cambiar.  Aun hoy nos habla aunque el símbolo físico del velo y del pelo ha perdido su significado.  El orden bíblico sigue vigente.

  1. Cuestiones de moda y estilo son personales.  La Biblia no nos da una medida del largo del pelo.  Pero debemos recordar que no importa el estilo que una persona adopte, especialmente el de una mujer, debe ser un estilo modesto y que refleje tu corazón como Cristiano/a. No es tu apariencia lo que importa.
  2. Tu estilo debe afirmar tu identidad sexual, no oscurecerla.  Debes escuchar esa voz masculina o femenina dentro de ti, y no ignorarla.  No sigamos el pensamiento andrógeno que es popular en el día de hoy.  Una mujer puede lucirse muy femenina sin ser provocativa o sensual.
  3. Nuestro estilo debe glorificar a Dios.  Tu manera de vestir ¿es consistente con la imagen que Dios quiere para ti—Su imagen?  ¿Es limpio y modesto?  ¿Demuestra tu rol como hombre o mujer?  Si no, ¿estás dispuesto a cambiar?  Porque lo más importante es que otros vean la gloria de Dios en ti.  ¡Eso nunca pasa de moda!



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