miércoles, 20 de agosto de 2014

Un Hombre Enviado de Dios, Juan 1.6-8,19-34

CCP – 17-8-4

Un Hombre Enviado Por Dios
Juan 1.6-8, 19-34


TRASFONDO DEL ENVIADO

·         Padres de Juan eran Zacarías y Elizabeth, ambos ya de edad, que no esperaban tener un bebé (Lucas 1.7).  Desde su niñez  hasta que se presentó en su ministerio, Juan vivió en el desierto (1.80). Se vestía con pelo de camello, usaba un cinto de cuero, y comía langostas y miel (Marcos 1.6).  Predicaba sin “pelos en la lengua” para arrepentimiento, para preparar mejor …

CARACTERÍSTICAS DEL ENVIADO

·         Aunque tenía un nombre muy común, él mismo era un hombre “fuera de serie”

1.      Era humano, pero no común.  Juan 1.6 nos revela algo sobre él:
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 

·         No era ningún ángel, no era importante en la sociedad.  Solo Juan. Pero no era ordinario.  No era fariseo ni saduceo, ni sacerdote ni levita ni escriba.  No se parecía a un profeta, no hablaba como sacerdote, ni tenía olor de santo.

2.       Era lámpara, pero no luz.  v. 7,8: Éste vino por testimonio, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él.  Él no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.

·         Juan vino como testigo con una sola meta en mente:  para que otros ven la luz.  Sin pompa ni ceremonia, sin una educación teológica ni como dignatario, era solo un mendigo hablando con otros mendigos y contándoles dónde encontrar pan.
·         Era lámpara, pero no luz.  La verdadera luz que brilla a todos es solo Jesús, y Juan se vio como una sombra del Salvador – v. 9: La Palabra, la luz verdadera, la que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
·         Juan solo daba testimonio de Él y decía en v 15 - Éste es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo.”

IL – Tenemos distintos tipos de lámparas: bronce, madera, candelabros, botella de Sprite, pedazo de árbol, etc.  Pero lo que importa no es tanto la lámpara, sino la luz que da al cuarto o al lugar.  ¿Estás exhibiendo a Cristo en tu vida como la Luz verdadera del mundo, o estás llamando más atención a la lámpara que lleva esa luz para que otros vean?  Está la luz de Cristo brillando en tu vida, o tiene una pantalla de pecado que oscurece esa luz?

3.      Era una voz, no la Palabra.  Era solo una voz en el desierto, mientras Jesús era la Palabra de Dios.

19 Éste es el testimonio de Juan. Cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntaran: «Tú, ¿quién eres?», 20 Juan confesó, y no negó, sino que confesó: «Yo no soy el Cristo.» 21 Y le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres Elías?» Dijo: «No lo soy.» «¿Entonces eres el profeta?» Y él respondió: «No.» 22 Le dijeron: «¿Quién eres, entonces? Para que demos respuesta a los que nos enviaron, ¿qué dices de ti mismo?» 23 Juan dijo: «Yo soy la voz que clama en el desierto: “Enderecen el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías.»

·         Malaquías predijo que Elías vendría a proclamar la aparición del Mesías (Mal. 4.5), y los otros evangelios identifican a Juan el Bautista como tal.  Juan niega que era Elías, pero no que vino en el poder de Elías (Lucas 18.15)
·         ¿Qué significa “enderezar” el camino del Señor?  La cita es de Isaías 40.3: ¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: «¡Abran camino a través del desierto para el Señor!
¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía para nuestro Dios!
(NTV)
·         El cuadro que tenemos es de los días cuando no habían caminos pavimentados, solo huellas en los campos.  Si tenía que viajar un rey, tenían que construir y enderezar o alisar un camino para que la carroza del rey pueda viajar sin problemas.  Algo así fue el mensaje de Juan el Bautista.
·         Hoy sigue habiendo un “desierto” en los corazones del hombre y mujer. ¿Cómo se describiría tu corazón?  El camino al cielo está pavimentado con corazones preparados, corazones arrepentidos, corazones fértiles y tiernos.  Isaías 40:3-4 aclara que hay que preparar el corazón antes que se pueda acercar el Señor: ¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: «¡Abran camino a través del desierto para el Señor! ¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía para nuestro Dios! Rellenen los valles y allanen los montes y las colinas; enderecen las curvas y suavicen los lugares ásperos. (NTV)
·         Cuando lees tu Biblia y oras, ¿primero preparaste el camino en tu desierto para que el Señor obre?  Cuando alabas al Señor, ¿suavizaste un camino para tu Dios?  Si Dios parece lejano, quizás tienes que hacer algunas reparaciones y arrepentimiento para preparar ese camino.

4.      Era útil, pero no indispensable.  Aun confundidos, los fariseos indagaron un poco más (Jn. 1.25-26): lo interrogaron: —Pues si no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
 —Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen, y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias. Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
·         Podemos ver su humildad en v.27.  En esa época, un discípulo era enseñado que debía hacer para su amo todo lo que haría un esclavo, menos desatarle las correas de sus sandalias.  Juan estaba dispuesto ha hacer el trabajo más ordinario para el Mesías.

5.      Era un testigo, pero no objeto de adoración.  Un testigo no habla de si mismo, sino testifica sobre lo que ha visto y escuchado.  Esto lo vemos en vv. 29-33:
 Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!  De éste hablaba yo cuando dije: “Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo.”  Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua.»

Juan declaró: «Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma y permanecer sobre él.  Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es el que bautiza con el Espíritu Santo.”  Yo lo he visto y por eso testifico que éste es el Hijo de Dios.»

CARACTERÍSTICAS DE UN ENVIADO POR DIOS HOY

·         El liderazgo en una iglesia tiene sus peligros:  orgullo, egocentrismo, envidia, celos, búsqueda de popularidad, inhabilidad asumida, ilusiones que es indispensable, etc.  Pero Juan nos da un principio eterno en 3.30:
·         A él le toca crecer, y a mí menguar.
(Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos. NTV)


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