martes, 21 de octubre de 2014

Una Exposición del Legalismo

CCP – 19-10-14

Una Exposición del Legalismo
Juan 5.1-18

·         ¿Se puede o no se puede?  Como cristiano, ¿se debe o no se debe?  Ejemplo:  Deuteronomio 22.5 – mujer no vestirse con vestido de hombre, etcñ;  Éxodo 21.7 – vender a la hija como esclava; Levítico 25.44 – comprar esclavos en países vecinos;  Éxodo 35.2 – el que trabaja el sábado, morirá; Lev. 21.18-21. 
·         Lamentablemente hay muchos creyentes e iglesias que se “pelean” por cuestiones de legalismo.
·         El legalista mide la espiritualidad de otro con una medida basada en buenas obras.  Si el otro no se conforma a lo que piensa, entonces no pasa la inspección.
·         Reglas propias que pueden medir a otros, pero en vez de facilitar el crecimiento espiritual, lo frenan.
·         Los fariseos eran los fundadores del legalismo y en el pasaje de hoy, el Señor se enfrenta cara a cara con ellos, lo que ya pone a los líderes oficiales en contra de Jesús.

I.  LEGALISMO – ENTENDÁMOSLO
Al examinarlo, vamos a encontrar hipocresía en vez de santidad.  Una tumba blanqueada.
     A.  ¿Qué es? -  Es conformarse a un código de comportamiento que tiene el propósito de exaltarse a uno mismo.  Basado sobre listas de lo que se debe o no se debe hacer basado sobre tradiciones o preferencias personales, no la Biblia.  Luego uno puede juzgar el comportamiento de otros.  El legalismo NO es obedecer los mandamientos de Dios expresados en los evangelios, ni buscar la santidad, ni apartarse de los pecados del mundo..
     B.  ¿Cómo aparece?  - Entra silenciosamente en la iglesia.  Cuando lo hace, la fiesta del Novia cesa, el vino se vuelve en agua, y el gozo del creyente pierde su sabor.  Legalismo ataca a los cristianos jóvenes y nuevos.  Se describen como “falsos hermanos introducidos a escon-didas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud” (Gál. 2.4).
     C.  ¿Por qué está mal? – Más que nada, es antibíblico.  La gracia y la libertad son las marcas de la vida Cristiana, no la ley y esclavitud.  También promueve las obras de la carne, que no pueden agradar a Dios (Rom.8.8).  En tercer lugar está basado en orgullo, del cual tenemos un buen ejemplo:  Lucas 18.9-14.
   La ley y la gracia son dos cosas que se oponen entre si.  No quiere decir que no hubo gracia bajo la Ley, ni que no hay leyes para nosotros. La diferencia más grande es lo que nos motiva a obedecer a Dios:  bajo la Ley era el temor; bajo la Gracia es el amor.  Bajo la Ley era el esfuerzo de cada uno.  Bajo la Gracia es el Espíritu Santo que nos da poder para obedecer, motivado por amor.
     D.  ¿Cuándo empezó? – Desde el tiempo de los fariseos, e implementado por generaciones que son cerrados, rígidos, y a veces intolerantes.  Rechazan la doctrina de la pura gracia, y la suplementan con sus obras.  Los judaizantes en la primera iglesia – Hechos 15.1.

II.  LEGALISMO – EXAMINÉMOSLO
El tema de controversia de Juan 5 fue la observación del sábado. Antes, veamos las raíces bíblicas del sábado judío.
A.     Lo que es su trasfondo
1.  Origen del Sábado – Al terminar Génesis 1, leemos que al terminar su obra de creación en seis días, Dios descansó el séptimo día de todo lo que hizo.  La palabra “Shabbat” o sábado básicamente significa “descanso”.
2.  La Ley del Sábado – En Éxodo 20.8-11 Dios dio la Ley a Moisés que requería el guardar el sábado, y usó el ejemplo de la creación.
3.  La Tradición del Sábado – Entre el A.T. y el N.T., los fariseos agregaron la ley del sábado con 39 categorías de trabajos no permitidos y un número de restricciones minuciosas.  Llegó a ser parte de la enseñanza tradicional de los rabinos que luego lo esforzaban.  Pero iban más allá de la intención original de Dios.  Por ejemplo:
“Si un hombre se cortaba las uñas por medio de sus uñas o dientes, o también si arrancaba el pelo de su cabeza o de su bigote o barba; y también, si una mujer arreglaba su pelo, o se pintaba los ojos o coloreaba su cara, tal persona el Rabino Eliezer declara sujeta a una ofrenda de pecado.  (del Mishná, Shabbat 10.6)
Así que ¡cuidado con morderte las uñas o arreglarte el pelo en camino a la iglesia!

B.     Lo que dice la Biblia – sanando los enfermos; Juan 5
1.  La Necesidad – Nos imaginamos la escena:  olores feos y repugnantes, y el ambiente, muy depresivo.  (1-5)
Por 38 años este hombre patético y golpeado por la vida estuvo aquí en pobreza extrema, rechazado, desesperanzado.  Pero bien adentro hay una pequeña llama de esperanza.
2.  El Milagro (6-9a) – Con una única compasión a un hombre rechazado, Jesús le da una atención especial.
Así como el noble no tuvo problema en ir una distancia para ver a Jesús, no hubo obstáculo para que Jesús sanara al cojo.      38 años de miseria, vergüenza, desesperación, y… en unos minutos, todo pasó a la historia. 
Así también, no importa cuán miserable ha sido tu vida, Jesús puede cambiarla.  La pregunta es “¿quieres ser sano?”  Es fácil acostumbrarte al lado de la pileta de la miseria.  Tus compañeros no te van a criticar.  Pero quizás buscas un cambio y quieres ser restaurado a lo que Dios quieres que llegues a ser.  Si realmente quieres ser sano, Él te dará la gracia y fuerza para levantarte y caminar.
3.  El Enfrentamiento (9b-17)  Notamos cuán rápidamente el gozo del momento se oscurece con las sombras del legalismo (9b-10)
Seguramente los testigos de la pileta estaban muy animados al ver el milagro. Pero deja a los legalistas llenos de furor en vez de estar de rodillas alabando al Señor. Lo único que supieron hacer era acusar al hombre de acuerdo a sus libritos de leyes (11-17).
4.  La Reacción (18) – Cuando los judíos supieron de que Jesús se había escapado de la multitud, más fue su ira.

Básicamente sus acusaciones eran dos:  Uno – Jesús no guardó el Sábado (16,18); y dos – Jesús reclamaba igualdad con Dios diciendo que era su Padre (17-18).  En realidad, los fariseos eran los culpables:  juzgaban a Jesús, no se regocijaron ni alabaron con la sanidad, y hasta llegaron al punto de planificar el asesinato de Jesús.

III.  LEGALISMO – EVITÉMOSLO
    Debemos hacer todo lo posible para que el legalismo no ponga pie en nuestra iglesia o en nuestras vidas.  Para confrontarlo, podemos solo a través de la verdad, como lo hizo Pablo en Gálatas 2.14, 4.16.
   A la verdad, tenemos que agregar convicción para que podamos estar “del mismo lado” con los líderes (Gál. 2.11-14); y para tener victoria sobre el legalismo, necesitamos usar gracia.  Solo cuando nos apropia-mos de la gracia de Dios podemos ser libres para servirle. (2.19-21)

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