CCP 4-10-15
Cuando el Escándalo Llega a la Iglesia
1 Cor. 5
·
Como cristianos, somos habitantes de una
isla rodeados de un mar sucio que continuamente rompe olas sobre nuestras
playas. ¿Cómo aislarnos del mundo sin
aislarlos de la gente? ¿Cómo mantenernos puros?
·
Algunos evitan el problema al dejar la
pureza y tirarse de cabeza en el mar sucio del mundo. En 1 Corintios 5 leemos de un miembro de la
iglesia que hizo justo eso. Pablo
reprende al hombre, pero también reprende el pecado de los corintios. Ellos eran orgullosos de su tolerancia y
liberalismo y su egocentrismo los hizo ciegos a la seriedad de su problema.
·
Pablo les enseña que el verdadero amor es
duro, especialmente frente a un escándalo.
- EL ESCÁNDALO
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v. 1 – La suciedad moral entró en la
iglesia, y la noticia salió.
o
Podemos hacer tres observaciones: 1) El
pecado ya era conocido por otros… “se oye que…”. Primera plana del Clarín 2) El
pecado era incesto. El hombre estaba
teniendo relaciones con su madrastra. 3) Los corintios estaban complacientes, pero
para los inconversos era algo repugnante.
La ley romana prohibía esta clase de pecado.
- DOS RESPUESTAS
·
Sorprendentemente, los corintios no se
escandalizaron. Caminaron en el barro de
la inmoralidad por tanto tiempo que ya ni se daban cuenta de la verdadera
suciedad de la situación. Pablo se
dirige a ellos sobre esa reacción.
- Una arrogancia
permisiva. 2 a En
vez de lamentarse, se envanecieron.
Torcieron el sentido de la gracia.
La salvación en Cristo les permitía hacer lo que querían. En vez de entristecerse sobre el pecado
del hermano, eran indiferentes a lo que pasaba.
- Un juicio
cuidadoso. v.
3 Pablo se daba cuenta que por el
bien del hermano y la congregación, alguien tenía que tomar una posición…
y la disciplina debía llevarse a cabo.
- EL CONSEJO DE
PABLO
a. El caso de los corintios. Pablo no apela a tradiciones o a los
estatutos de la iglesia. Ni pide a los
líderes de demostrar su autoridad. Pero
sí exhorta a la congregación a aplicar la corrección en el nombre y poder de
Jesús (4-5).
·
Si la iglesia no lo hacía, estaban
invitando a la suciedad moral a que permanezca, donde toda la iglesia sería
ensuciada. En v. 5 les da tres
instrucciones específicas para disciplinar.
1) “El tal sea entregado a Satanás” - O
sea, equivale a la excomunión del creyente profeso y su expulsión de las
bendiciones propias del culto cristiano, y el compañerismo de los hermanos,
soltándolos al dominio de Satanás, fuera de la iglesia al mundo (ver. v.2 y
13). Sin la protección de la iglesia no
podrán repeler los ataques del diablo, quien busca destruir el cuerpo de Cristo
(1 Pedro 5.8).
2) “Para destrucción de la carne” – Esta
frase podría incluir muerte física (1 Cor.11.30, 1 Jn.5.16), pero probablemente
se trata de vencer a los deseos carnales del pecador al dejar que Satanás empuje
esas pasiones a extremos, creando tal angustia en el pecador que su lascivia es
destruida.
3) “A fin de que su espíritu sea salvo” – La
meta de esta disciplina no es castigo—es solo un medio hacia el propósito, lo
cual es restauración. No es quebrar sino
quebrantar a la persona que pecó. No es para satisfacer al que lo lleva a cabo
sino para restaurar la persona que pecó por el bien de la iglesia. La disciplina nunca debe ser vengativa,
siempre curativa. Mateo 18.15-17. Una vez que se consigue un cambio de mente y
corazón, las congregaciones deben recibir al pródigo con brazos abiertos. 2
Cor. 2.6-8
b. Razón: el Pecado afecta a Todos. En un sentido, los creyentes vivimos en una
isla—apartados para Cristo. Pero porque somos todos del cuerpo de Cristo, lo
que hace uno afecta los demás, 6-8.
·
Como la levadura invade toda parte de la
masa, así el pecado de uno puede corromper una congregación. Pablo les recuerda que somos distintos ahora,
una nueva criatura o creación (2 Cor. 5.17), por lo tanto deben vivir como
“panes sin levadura, de sinceridad y verdad”.
·
IL. El día antes de la Pascua judía, la ley decía
que debían encender una vela y buscar y tirar toda levadura que se
encuentre. ¿Examinamos nuestros
corazones para aun pequeños trozos de levadura que quedan en nuestros
corazones, antes de gozar comunión con los demás o participar en la Cena del
Señor? Debemos enfrentar ese pecado y
arrepentirnos. Y así podemos celebrar la
nueva vida como panes sin levadura de sinceridad y verdad. 1 Jn.1.9.
c. Nuestra Actitud Frente a los Demás. Pablo termina sus instrucciones con dos
puntos que debemos recordar.
1) ¿Con quién no debemos asociarnos? v. 9-11.
Como habitantes de una isla no podemos alejarnos del mar de inmoralidad
del mundo. Ni siquiera debemos intentar
aislarnos. Pero cuando se trata de
creyentes rebeldes que habitualmente se sumergen en ese mar, se nos dice que
debemos mantenerlo alejado.
2) ¿A quién debemos disciplinar? v. 12-13. La disciplina de la iglesia está limitada a
creyentes cristianos que rebeldemente continúan en su pecado.
·
Muchos cristianos intentan limpiar ese mar
de suciedad inmoral en el mundo. Dios
solo nos pide que salgamos a pescar.
Mat. 4.19, “síganme y yo les haré pescadores de hombres. No podemos limpiar la inmoralidad que nos
rodea, pero sí debemos levantar la caña de pescar y rescatar a otros para
Cristo.
- ALGUNOS
PRINCIPIOS BÁSICOS
·
Cerrar
los ojos a ciertos pecados no es cosa de gracia, sino de peligro Como
lo sería ignorar un tumor creciente o una serpiente en el fondo puede traer
destrucción y muerte, permitir alguien que continúe en su pecado sin corrección
puede destruir una iglesia.
·
Reprender
creyentes que pecan no es una opción, pero esencial. Tanto Dios como el mundo esperan que nuestras
iglesias sean un ejemplo de santidad.
Pero cuando brota el pecado de aun una iglesia, el Señor es deshonrado, su iglesia difamada,
y un mundo decepcionado – y que se burla de la debilidad y pecado.
·
El
tratar con situaciones pecaminosas no debe ser para castigar sino para
restaurar. Santiago
5.19-20. No debemos ser como buitres aprovechándonos
de santos caídos. Debemos ser como
médicos divinos, restaurando los miembros que están fuera de armonía con el
cuerpo de Cristo, Gál. 6.1
·
El
corregir desórdenes no es externo sino interno. La disciplina en una iglesia es estrictamente
un tema familiar, llevado a cabo por creyentes y para creyentes. Pero la corrección en la iglesia no sería
necesaria si todos mantuviéramos nuestros mundos privados centrados en
Jesucristo en vez de uno mismo.
¿Están tus pies
“mojados” por jugar juegos “inocentes” en el mar contaminado que te rodea? ¿O estás completamente saturado de pies a
cabeza al sumergirte en sus aguas?
Mientras puedas, no es muy tarde para secarte y plantar tus pies sobre
la Peña que es Cristo, Salmo 40.1-2
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